5 Formas de establecer límites saludables con tu suegra

El matrimonio no consiste sólo en casarse con tu cónyuge; también se trata de unir dos familias y aceptar a la otra como propia. Aunque la ley dicte que su madre es ahora tu madre, rara vez se desarrolla un amor incondicional por ella de la noche a la mañana.

A lo largo de los siglos, esta relación distanciada se ha proyectado en forma de novelas y películas. Aunque algunos han sido bendecidos con madres cariñosas, otros luchan por definir los límites de la relación.

Nadie quiere despertarse y ver a la madre cambiando los muebles a su antojo. Aquí te explicamos cómo establecer límites saludables con tu MIL sin ofender a nadie en tu casa. Sigue leyendo para conocerlos todos.

Índice

1. Involucra a tu marido en el funcionamiento de la casa

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En la mayoría de los casos, la casa la lleva la madre sola, y los hijos, sobre todo el hijo, tienen muy poca idea de la mayoría de las cosas. Cuando ese hijo se casa y tiene una esposa, está tan despistado como antes del matrimonio y no quiere estropear las cosas. Por eso implica a su madre en la gestión de la casa, ya que ella lo ha hecho por él en los años anteriores de su vida.

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Esto puede parecerte una molestia, pero él lo hace con buena intención. La mejor salida es enseñarle cómo funcionan las cosas de la casa. Una vez que tenga confianza en sí mismo y en su capacidad para manejar las cosas, dejará de depender de su mamá para resolver cosas en su propia casa.

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2. No compitas con ella

Lo último que quieres hacer es competir con tu MIL por el amor de su hijo. Pero no tiene por qué ser así. El amor de una madre y tu amor por tu cónyuge nunca son lo mismo.

Y amar a uno no significa abandonar al otro. Por eso, una vez que te has casado y compartes el hogar con ella, no tienes que intentar ser la mejor persona de la casa. Si a ella le gusta cocinar para la familia, deja que lo haga como le gusta. Si ella dirige la casa de una manera, no intentes cambiar el rumbo de la casa en un día.

La mayoría de las madres tienen relaciones tensas porque tienen miedo de perder su autoridad en el lugar. Una vez que le asegures que no eres una amenaza sino un apoyo, puede que incluso te ganes su confianza y tengas una madre en la casa de la que depender.

3. No obstaculices la relación madre-hijo

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Puede que quieras a tu marido para ti, y durante los primeros meses, nadie quiere molestar a los recién casados, pero no intentes impedir que tu marido esté con su madre.

Esto no sólo molestará a tu madre, sino también a tu marido. El hecho de que él la llame primero y quiera recibir su cariño no significa que le esté dando su parte de amor.

Tú y tu marido deberían hacer horarios en los que puedan salir y pasar tiempo juntos. También puedes hacer lo mismo con tu familia. De esta manera, es una situación en la que todos ganan.

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4. Di no con confianza

Por muy malote y descarado que seas, nadie quiere romper a propósito el corazón de la pobre dama. Así que si tus límites no están ya establecidos, puede que entre en tu casa cuando quiera, te llame cuando quiera e incluso traiga invitados a su dulce antojo. Si crees que complacerla una o dos veces le hará llegar el mensaje, probablemente hará lo contrario.

Lo mejor es establecer límites desde el principio. La comunicación es fundamental, y cuanto antes, mejor. Sé todo lo educado que puedas y explícale por qué no puede llamarte al trabajo, o no puedes estar ahí para recibirla a ella y a los invitados en casa todo el tiempo.

5. Prueba con la terapia familiar

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Con nuestra experiencia, hay muchas posibilidades de que te encuentres en un punto en el que ninguno de los trucos anteriores funcione en tu "relación de situación" con tu suegra.

Es entonces cuando necesitas que tu familia esté a tu lado. A veces, explicar los límites a tu suegra puede ser complicado, especialmente cuando irrumpe en tu vida con toda la buena intención.

Asegúrate de compartir el peso con tu pareja, y no intentes asumirlo todo tú. No hay nada malo en defender tus límites, así que no debes sentirte culpable por tomar una postura frente a lo que te gusta y lo que no te gusta.

Si sigues sintiendo que compartir con tu familia y comunicarte con tu MIL no está dando resultados efectivos, es hora de tomar un descanso y encontrar la paz en tu vida matrimonial.

La relación entre suegra y nuera no es fácil de llevar. Esto se debe principalmente a que la gente asume que cualquiera de ellas es un monstruo que traerá problemas a la relación.

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Afortunadamente, con el tiempo, las suegras son más comprensivas y las nueras ya no suponen una amenaza de quitarle el hijo a la madre. El truco está en implicarse en la vida de uno sin faltar al respeto a los límites del otro. ¿Con cuál de estos puntos te sientes más identificado? Háganoslo saber en la sección de comentarios

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